La Coulombimetría de potencial controlado, también conocida como Coulombimetría potenciostática, emplea un sistema de tres electrodos en el que el potencial del electrodo de trabajo se regula con precisión mediante un potenciostato. Los electrodos de trabajo de platino se utilizan para potenciales positivos, mientras que los electrodos de mercurio se prefieren para potenciales extremadamente negativos. El contraelectrodo de platino se separa del analito mediante una membrana o un puente salino para evitar interferencias en el análisis.

El potencial elegido garantiza una eficiencia de corriente del 100 % al permitir la oxidación o reducción cuantitativa del analito sin interferencias de otros componentes de la muestra. Sin embargo, la descomposición del agua puede convertirse en un proceso competitivo con un alto potencial. El análisis se lleva a cabo registrando la corriente de electrólisis e integrándola a lo largo del tiempo, determinando la carga y la cantidad de analito según la ley de Faraday.

Para evitar imprecisiones debido a tiempos de electrólisis prolongados, utilice electrodos con grandes áreas de superficie, celdas electroquímicas de pequeño volumen y agitación rápida para disminuir la duración de la electrólisis.